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Los tiempos de Shakespeare

Los tiempos en los que Shakespeare desarrolla sus obras son tiempos convulsos, propios de un período de reforma (Reformation Period) que se caracteriza por una época de cambios sociales y religiosos, en los que prima un gran desempleo y una gran diferenciación de clases sociales. Las malas condiciones laborales mueven a las muchedumbres a desplazarse a grandes ciudades, donde encontrar una mejor oportunidad laboral y de vida, es posible. A este movimiento de desplazamiento a las grandes ciudades se le conocerá como "peregrinación de gracia". Y en este contexto se consagran dramaturgos tales como William Shakespeare o Cristopher Marlowe. 

 

El drama y el teatro sufren las consecuencias de estos cambios y en consecuencia encontramos dos ramas diferenciadas en las nuevas tendencias. Por un lado, obras con un perfil moral en las cuales se introducen cambios de ámbito social y ético. Estas obras están basadas en las clásicas obras romanas que incluían elementos dramáticos, que se dieron a conocer como "tragedias". Por otro lado, afloran con fuerza "las obras isabelinas" (Elizabethan playhouse) que traen consigo grandes novedades, no solo en la forma de los teatros, que pasan a ser redondos o hexagonales, sino también cambios sociales radicales que prohibirán por ley la participación de las mujeres en las obras de teatro. Siendo los hombres quienes mediante atuendos de mujer se disfracen para desempeñar los papeles de las mismas.  Las obras isabelinas buscan la espectacularidad basada en las habilidades de sus actores, que cantan, bailan o hacen acrobacias. 

 

Los espectadores accederán a un trato diferente, pues ya se introducen mejoras en torno a los escenarios. Se incluyen asientos para el público e incluso se construyen tejados que puedan resguardar de la lluvia.